Si la construcción del Eurotúnel que unió Francia e Inglaterra bajo el mar, fue un hito en la ingeniería moderna, jamás alcanzará la magnitud del nuevo proyecto que se encuentra en desarrollo: un túnel que tiene como objetivo unir la India con los Emiratos Árabes.
Este ambicioso proyecto se considera una obra faraónica, ya que contempla la construcción de un túnel con una longitud de más de 1,800 kilómetros, una distancia comparable a viajar desde Madrid hasta Munich, con un trayecto de aproximadamente 20 horas.
Se espera que la financiación para su construcción sea compartida por ambos países, aunque el costo total aún es incalculable en este momento. Se plantea que parte del financiamiento provenga del transporte de petróleo y agua a través de un oleoducto que atravesaría el túnel.
El funcionamiento del túnel propuesto incluiría la circulación de trenes magnéticos en ambos sentidos a una velocidad superior a los 1,000 kilómetros por hora.
Además, se prevé la implementación de zonas de seguridad para evacuación en caso de emergencia. A diferencia de los túneles convencionales excavados bajo tierra, este proyecto contempla la construcción de un túnel flotante que se mantendría suspendido en el agua mediante grandes flotadores, aprovechando el equilibrio de fuerzas.
En el interior de cada uno de los túneles, circularían trenes magnéticos con tecnología de levitación, similar a la ya utilizada en Asia. Aunque se presenta como una de las mayores hazañas de la ingeniería, Arabia Saudita, principal impulsor del proyecto, ha demostrado su capacidad para hacer realidad proyectos audaces, como tener pistas de esquí en pleno desierto.